Levítico 23:1-2 dice:
“Habló Yahweh a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Yahweh, las cuales proclamaréis como apartadas convocaciones, serán estas:”
Este versículo claramente nos especifica que las fiestas no son nuestras, ni del pueblo judío, ni de algún otro sector en específico, sino que son las fiestas DE YHWH.
A menudo, cuando dialogo sobre este tema con otros creyentes, me dicen que estas fiestas no las tenemos que observar, pues eran para el pueblo judío solamente. Sin embargo, la Escritura dice claramente que estas fiestas (en hebreo, moedim, que significa convocación, cita o tiempo señalado) son las fiestas de Yhwh, y que Él mismo es quien convoca a su pueblo a reunirse. En otras palabras, todo aquel que se considera parte del pueblo de Yhwh tiene el deber de celebrar sus fiestas o convocaciones.
¿Por qué celebramos las fiestas de Yhwh? Primeramente, porque son una cita de Yhwh con su pueblo. Sus fiestas son un tiempo señalado, apartado para disfrutar en su presencia y estar más cerca de Él.
En segundo lugar, sus fiestas nos recuerdan lo que hizo Yhwh con su pueblo Israel, de dónde nos sacó, y a la misma vez nos revelan su plan de redención para la humanidad.
Mediante una actividad física y natural para nosotros, Yhwh nos muestra y enseña los aspectos espirituales y sobrenaturales de su reino.
Otro aspecto importante acerca de las fiestas es que deben ser convocadas o celebradas en el tiempo que Yahweh señaló para ellas:
“Estas son las fiestas solemnes de Yhwh, las convocaciones apartadas, a las cuales convocaréis EN SUS TIEMPOS:” Levítico 23:4
El fallar en convocar las fiestas en su debido tiempo, cambiando su fecha a conveniencia, es desagradable ante los ojos de Yhwh. Eso fue precisamente lo que hizo el rey Jeroboam, conocido como “el que hizo pecar a Israel”. Jeroboam no sólo cambió las fechas de las fiestas, sino que cambió el lugar establecido para celebrarlas e, incluso, instituyó fiestas de su propia creación, lo cual no agradó al Altísimo (vea 1 Reyes 12:25-33). Por tal razón, es necesario que celebremos las fiestas de Yhwh en el tiempo establecido por Él.
Veamos ahora, en forma general, cuáles son estas fiestas, según el orden descrito en Levítico 23:
Shabat: El día de reposo (Levítico 23:3)
La primera convocación ordenada es el Shabat, o Día de Reposo (Shabat significa, literalmente, reposo o descanso). Es celebrada en el séptimo día de la semana (sábado). Durante ese día, no se supone que se realice ninguna clase de trabajo, sino que se dedique el tiempo a la oración, estudio de las Escrituras y, por supuesto, a descansar. Muchos alegan que, al venir Yahshúa, él abolió el día de reposo, sustituyéndolo por el domingo (el mal llamado “día del señor”), día en que, según muchos alegan, él resucitó. Aunque esto es tema para una futura reflexión, si les adelanto que es un error desde el punto de vista Escritural, pues Yhshúa ni resucitó domingo ni mucho menos abolió el Shabat.
Hay que tener en mente que el día, según la Escritura, no comienza a las 12:00 AM, sino a la puesta del sol (aproximadamente a las 6:00 PM, pero esto varía de acuerdo a la estación del año). ¿Cómo lo sabemos? En Bereshit (Génesis), en el relato de la Creación, encontramos definido cada día como sigue:
“…Y fue la tarde y la mañana el día segundo” Génesis 1:8
Aquí el día se define como “la tarde y la mañana”. Es curioso que no dice: “Y fue la mañana y la tarde el día segundo”, sino que invierte el orden, lo que nos deja ver que el día, en la Escritura, comienza en la tarde anterior. Por lo tanto, el Shabat no comienza el sábado como tal, sino desde la puesta del sol del día viernes. Este pequeño detalle es importante tenerlo en cuenta, ya que por ignorarlo muchos han llegado a conclusiones e interpretaciones erróneas de las Escrituras basadas en cálculos incorrectos del tiempo.
Pesaj: La Pascua (Levítico 23:5)
La Pascua, celebrada el día 14 del primer mes del calendario hebreo (aproximadamente entre marzo y abril), fue instituida cuando el pueblo estaba por salir de Egipto. En esa última noche, Yahweh le ordena al pueblo sacrificar un cordero y, con sangre del animal, marcar los dinteles de sus casas para que la muerte no los afectara (ver Éxodo 12). El cordero de la Pascua es símbolo de Yahshúa, el Cordero de Elohim, que quita el pecado del mundo.
Hag HaMatzot: La Fiesta de los Panes sin Levadura (Levítico 23:6-8)
La Fiesta de los Panes sin Levadura es celebrada el día 15 del primer mes del calendario hebreo; un día después de la Pascua. Durante siete días, el pueblo debía comer pan sin levadura, y remover de sus casas toda levadura que quedase. Durante el primer día de esta fiesta, se comía el cordero de la Pascua acompañado de el pan sin levadura y hierbas amargas. Tanto el primer día de la fiesta como el séptimo y último día de la fiesta son días de reposo, en los cuales no se realiza trabajo alguno, de forma similar al Shabat semanal. Esta fiesta nos recuerda la importancia de eliminar el pecado (la levadura) de nuestras vidas y vivir de acuerdo a la Palabra de Yahweh. Por otro lado, Yahshúa dijo “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35), lo cual nos indica que el pan sin levadura simboliza a Yahshúa mismo, quien dio su vida por nosotros, siendo él libre de todo pecado (levadura).
Bikkurim: La Fiesta de las Primicias (Levítico 23:10-14)
El día siguiente al Shabat que le sigue a la Pascua se celebra la Fiesta de las Primicias. En este día, cada miembro del pueblo traía al kohen (sacerdote) una gavilla de la cosecha. Esta gavilla era mecida por el sacerdote delante de Yahweh, en símbolo de aceptación de la primicia ofrecida. Dicha gavilla era acompañada por otras ofrendas estipuladas en la Escritura. Las primicias nos anuncian la resurrección de Yahshúa, a quien la Escritura se refiere como “primicias de los que durmieron” (1Corintios 15:20).
Shavuot: La Fiesta de las Semanas (Levítico 23: 15-21)
La Fiesta de las Semanas, o Pentecostés, es celebrada exactamente 50 días (siete semanas) después de la Fiesta de las Primicias. Durante esta fiesta, el pueblo ofrecía a Yahweh las ofrendas estipuladas según la Escritura. Esta fiesta tiene varias implicaciones importantes.
Primero, la fecha en la que Yahweh le da la Torah a Moisés en el Monte Sinaí coincide con la fecha de la Fiesta de Pentecostés.
Segundo, era precisamente la Fiesta de Pentecostés lo que celebraban los aproximadamente 120 que se reunieron un tiempo después de la partida de Yahshúa, cuando recibieron la Ruach HaKodesh (Espíritu Santo) (Hechos 1:15). En otras palabras, en el Sinaí Yahweh escribió la Torah (ley) en tablas, pero desde que los discípulos recibieron la Ruach HaKodesh, Yahweh escribió su Torah en nuestros corazones (Hebreos 8:9-10)
Yom Teruah: La Fiesta de las Trompetas (Levítico 23:23-25)
La Fiesta de las Trompetas se celebra el primer día del séptimo mes del calendario hebreo (aproximadamente entre septiembre y octubre). Dicha fiesta se caracteriza por el uso continuo del shofar (trompeta/cuerno de carnero), y es considerada un día de reposo. Esta fiesta, al son del shofar, nos recuerda la promesa de la venida de Yhshúa, quien vendrá “con voz de arcángel y con trompeta de Elohim” a buscar a su pueblo (1Tesalonicenses 4:16).
Yom Kippur: El Día de la Expiación (Levítico 23:26-33)
El Día de Expiación, celebrado el décimo día del séptimo mes del calendario hebreo (diez días después de la Fiesta de las Trompetas), es la única convocación que no es una celebración alegre en sí, sino más bien un día de contrición (dolor y pesar de haber pecado, arrepentimiento). Esta convocación, considerada también un día de reposo, es un día donde el pueblo se reúne en ayuno para implorar la misericordia y el perdón de Yahweh por los pecados cometidos. Proféticamente, el Día de Expiación nos anuncia el juicio ante el trono de Yahweh, donde todos compareceremos (Romanos 14:10-12).
Sukkot: La Fiesta de las Cabañas (Levítico 23:34-43)
Las Fiesta de las Cabañas se celebra el día 15 del séptimo mes en el calendario hebreo (cinco días después del Día de Expiación) y dura siete días, pero se suma un octavo día que es llamado Shemini Atzeret, lo cual significa “quédate un día más conmigo” y también es conocido como “el Último Gran Día” (Juan 7:37). Los días primero y octavo de esta fiesta son considerados días de reposo. Durante esta fiesta, el pueblo habitaba en Sukkot (pequeñas cabañas hechas de ramas de árboles y palmeras), lo cual conmemoraba el tiempo que habitaron en el desierto, luego de salir de Egipto. La Fiesta de las Cabañas coincide con el nacimiento de nuestro salvador, Yahshúa HaMashiaj (Yahshúa el Ungido). También anuncia el Reino Milenial de Yahshúa, el cual acontecerá luego de su segunda venida.
Las fiestas de Yahweh son invitaciones personales de nuestro Creador para estar un tiempo con Él, apartados de todo el afán que este mundo nos trae. Sus fiestas nos recuerdan que Él tiene completo dominio y control de este mundo, y que algún día veremos la consumación de su plan perfecto para la restauración de todas las cosas. Seamos obedientes a su voz, que nos llama a encontrarnos con Él mediante varias citas especiales, y digamos a una voz: