Son dos letras hebreas que significan «vida». Es uno de los símbolo que tiene menos antigüedad, dentro de los más significativos del judaísmo. Se usa como colgante en cadenas y pulseras o como elemento de
Es un elemento muy conocido dentro de la tradición judía. Se utiliza principalmente por los varones, ya que de acuerdo con la tradición, para permanecer en la sinagoga hay que cubrirse la cabeza con un solideo o kipá (llamada yarmulke en idish). Las hay bordadas, tejidas, lisas, negras o en colores. Tienen distintos significados, sobre todo en el ámbito ortodoxo.
La kipá tiene un fuerte arraigo en la tradición judía que se remonta a mil años atrás. Según dibujos en Hagadot de Pesaj encontrados, uno de sus significados es el aceptar que hay algo o alguien más por encima nuestro que nos observa y juzga.
El judío debe cubrirse la cabeza al entrar a la sinagoga, al estudiar, al rezar, al visitar un cementerio judío o en su propio hogar cuando recita alguna plegaria o bendición, como por ejemplo el Kidush. Para el judío ortodoxo la kipá es de uso continuo. También se considera con la misma función el sombrero o el «shtraiml» (sombrero con adorno de piel que caracterizó a los judíos en la Europa Oriental de los últimos cinco siglos).
La kipá no se encuentra en fuentes bíblicas ni talmúdicas. Sólo está como antecedente la «mitznefet» (turbante) que el Kohen Gadol (sumo sacerdote) debía colocarse sobre la cabeza. Según Levítico VIII-9, la kipá es una costumbre (minhag) y no una ley. Pero la fuerza de la tradición la instaló como si fuera esto último.
Entre los judíos reformistas se había establecido que la kipá era de uso opcional, pero según observamos cada vez son más los que la usan en las sinagogas reformistas.
Llamado también Estrella de David, es el símbolo judío por excelencia. Consiste en dos triángulos entrelazados que forman una estrella de seis puntas. No se menciona el Talmud. Según la Kabalá y la tradición, este símbolo reviste distintos significados, como por ejemplo que se refiere al cielo y la tierra, a lo espiritual y a lo terrenal.
Se lo encontró por primera vez grabado en la tumba de un judío, en el sur de Italia, datada en el siglo III de la era común. El sabio Yehudá Hadasi, (siglo XII) la menciona, junto a los ángeles Rafael, Gabriel y al nombre de D'os en ruinas arqueológicas de sinagogas en Israel, en su libro «Eshkol ha kofer». Asimismo se ha encontrado el Maguén David en Beit Alfa y Kfar Najum.
Se supone que en los primeros siglos de la era común era sólo un símbolo de ornamentación.
En la repudiada época del nazismo, a partir de 1934, los judíos fueron obligados a llevar este símbolo, cosido sobre la manga de la ropa en género amarillo, para distinguirlos y señalarlos como judíos.
Con la creación del Estado de Israel, se adoptó el Maguén David en la bandera, poniéndose en la franja central de la misma. También se usa como adorno personal, en joyas, en los templos y tumbas judías.
Consiste en un candelabro de siete brazos y es uno de los símbolos más antiguos del judaísmo. La primera constancia de su existencia es en Éxodo XXV, versículos 31 al 39. Dice el texto bíblico: «... harás también un candelabro de oro puro, labrado a martillo... su pie, su tronco, sus copas, sus globos y sus flores procederán de sí mismo... y seis brazos saldrán de sus lados. Tres brazos del candelabro de un lado de él y tres brazos del candelabro del otro lado de él...».
Este candelabro o Menorá fue realizado en el desierto, tal como lo relata el texto de la Toráh. Estuvo en el tabernáculo, luego fue llevado al santuario de Shiló y más tarde se trasladó al Templo de Jerusalén construido por el Rey Salomón. En el libro de Reyes I, Cap. VII, versículo 49, se relata que había en el santuario del Rey Salomón otras nueve, aparte de esta Menorá,la cual se preservó, dice la tradición, hasta los tiempos del Rey Nabucodonosor en el Arón Kadosh (Arca). La Menorá reaparece en épocas del Segundo Templo (-530). Después de su destrucción a manos de Tito (año 70 de la era común), la Menorá fue sustraída junto a todos los utensilios. Un relieve de la misma aparece en el friso del Arco del Triunfo romano.
Se atribuyen a la Menorá diferentes simbolismos, como que representa a los siete días de la creación. En la Kabalá (mística judía) simboliza el árbol de la vida. Está prohibido hacer una réplica exacta a la que había en el Templo de Jerusalén.
Hay una notable visión del profeta Zacarías (Zejarcá o Zejariá): «... He mirado y he aquí un candelabro todo de oro... y dos olivos junto a él, uno a cada lado...» (Cap. IV, Versículos 2-3). Esta visión profética cercana a la construcción del Segundo Templo nos remite al presente, ya que con el establecimiento del Estado de Israel fue designada la Menorá con los olivos a sus costados como su símbolo, reflejando así una continuidad histórica y una vigencia de 3500 años.
Es el símbolo que identifica una casa judía. Consiste en un pequeño tubo o cajita de material variado (madera, metálico, etc.) que contiene en su interior, diferentes oraciones, escrito sobre un «klaf» (fina lámina de cuero labrado de animal kasher), la cual se coloca dentro del porta-mezuzá mencionado al principio, en el que en el exterior se escriben las letras SH-D-I (Shadai), uno de los nombres del Dios de Israel al que se da el siguiente significado: shomer (cuida), dlatot (puertas) Israel (de los Israelitas Todo ello se coloca en el dintel de la puerta de entrada de los hogares y locales judíos, del lado derecho e inclinada oblicuamente. Esto es un precepto recogido en la Biblia, Deuteronomio (Devarim) VI, versículos 4 al 9 y cap. XI, versículos 13 al 21, donde dice «... mis palabras has de escribirlas en las entradas de tu casa y tus ciudades...». Es decir que, al entrar y al salir, el judío debe recordar esas palbras.
Rambam (Maimónides) le asignaba mucha importancia a símbolos como éste, que recuerdan al judío los preceptos a los cuales debe ajustarse su conducta. Existe la costumbre, cuando el judío sale de su casa o vuelve a ella, de poner la mano sobre la mezuzá y decir «D'os cuidará mi salida y mi retorno, ahora y por siempre».
La Toráh es la más sagradas de las escrituras, sin cuyos principios que establecen las normas de la vida de las comunidades judías, sería imposible que el pueblo de Israel hubiera pervivido tantos años. En los 5 libros de la Toráh, está contenido el relato desde la creación del mundo hasta la muerte de Moisés.
La forma antigua de la Toráh, un rollo de trozos de piel soportado por dos ejes en los que se va girando para su lectura, se mantiene en las sinagogas. La Toráh se realiza manualmente tanto en la preparación de la piel como su escritura, de la cual está establecido cuánta distancia debe haber entre cada línea, entre cada palabra y entre cada letra. Los Klaf, o trozos de piel se unen con venas de animales kasher.
El Sefer Toráh se lee durante todo el año en la sinagoga, los días sábados, los festivos y en otras ocasiones especialmente establecidas. Es un honor ser llamado a leer la Toráh (llamado Aliá), costumbre antigua que encontramos mencionada en el libro Nehemias, cap. VIII, en tiempos del Segundo Templo en Jerusalém. Cada porción (parashá) se reparte en siete aliot y por tanto, son siete judíos los llamados a la leer la Toráh. Se honra con una aliá a un jóven que vaya a hacer su Bar Mitzva y a un novio en víspera de contraer enlace.
Para la lectura de la Toráh se recitan bendiciones especiales, al comenzar y al finalizar la misma.
El que lee la Toráh con su especial salmodia (Nusa) se le llama «Baal Koré». Al finalizar la lectura del sábado a Toráh se levanta mostrándose a la congregación y se dice: «Esta es la Toráh que le fue dada a Moisés en el Sinaí». El «pasear» la Toráh al sacarla del arca y antes de guardarla nuevamente, es para revivir simbólicamente el pacto establecido entre Dios y el pueblo de Israel en el Sinaí, a la salida de Egipto, para mostrar que es la misma Toráh con los mismo preceptos y que el pueblo judío nunca la abandonará ni dejará sola.
Para señalar el texto al leer la Toráh se utiliza una varilla en cuyo extremo hay una mano con el índice señalando, en madera, plata u otro material (llamada Iad), que sirve para señalar el texto que se va leyendo.
La funda con que se cubre la Toráh, por lo general de terciopelo o satén bordado con motivos ornamentales judíos o versículos, se llama Meil. Un ornamento de plata en forma de corona (keter = corona) a veces bañado en oro, adornado con frutos, se coloca en la parte superior de los rollos cuando se saca la Toráh del arca o cuando se la retorna a la misma.
Para un judío la Toráh es sagrada. Solo puede tocarse con el talit. Si a alguien se le cae el Sefer Toráh, debe autocastigarse con ayuno. Cuando se saca el Sefer Toráh, hay que ponerse de pie hasta su retorno al arca.
Donar un Sefer Toráh, es considerada una mitzva muy importante. Algunas parejas que no tienen hijos suelen donar un Sefer Toráh para tener quién los recuerde después de su muerte.
En Yom Kipur, antes del Kol Nidrei, se sacan todos los rollos contenidos en el arca repartiéndose entre las personas notables y honestas de la comunidad para que lo porten y lo sostengan durante la plegaria. Esto es considerado un gran honor y reconocimiento.
En las sinagogas conservadoras o reformistas las mujeres también son llamadas a leer una aliá (porción de lectura del texto). Esto es rechazado por el judaísmo ortodoxo.
Manto de plegaria que se coloca el judío para cumplir con el precepto número 15 de «Tzitzit»: «y se colocarán el Tzitzit por sobre sus vestiduras». Existe el talit gadol (grande), que es el que
se utiliza para rezar por la mañana enla plegaria matutina (shajarit)y el talit katan (pequeño)que es el que se lleva en contacto con el cuerpo. Este precepto debe ser cumplido por los hombres
desde que hacen el Bar Mitzva, es decir cuando cumplen los 13 años.
El talit gadol puede ser de lana o de lino. No pueden mezclarse las dos hebras. En nuestros días también se estila confeccionarlos en seda. Lleva guardas celestes recordando el antiguo y bíblico
Tzitzit, también se le borda una guarda plateada en el borde superior con la bendición correspondiente de la colocación del talit. Es obligatoria para el recitado del «Shma Israel». Rambam
(Maimónides) en su tratado especial referido al Tzitzit dice que el judío debe tratar de colocarse el talit para sus plegarias.
El talit kata, llamado también «arba kanfot», es el que usan los hombres debajo de los vestidos superiores. Considerado un precepto importante ya que la fuente bíblica (Números XV-39) dice «... y verán el Tzitzit (flecos) y recordarán todos los preceptos de Adonai (Dios) y los cumplirán».
Este uno de los símbolos más antiguos del judaísmo. Consiste en dos cubos de cuero que contienen cuatro fragmentos de la Toráh y una cuerda o cinta de cuero negra para sujetarlos, uno en el brazo
izquierdo y otro en la cabeza. Los tefiln son utilizados por los varones a partir del Bar Mitzva para realizar la plegaria matutina (Shajarit) los días de semana. En S,habat y en los días
festivos no se utilizan. Tanto para ponérselos o quitárselos se debe permanecer de pie. Se pronuncia una bendición especial (la persona debe estar concentrada con sus pensamientos y su corazón)
tanto para los que se colocan en el brazo izquierdo como para los que se colocan en la cabeza en ese orden. Y deben quitárselos se hace en orden inverso, primero el de la cabeza y luego el del
brazo.
Son escritos por un «sofer», un escriba, hombre recto, honesto y estudioso, especializado en el tema.
La piel utilizada para los cubos y la cuerda o cinta de cuero deben proceder de un animal puro (kasher) así como el Klaf (cuero trabajado) sobre el cual se escriben los textos de Éxodo XXIII, versículos de 1 al 10 y del 11 al 16 y Deuteronomio VI 4 al 9 y del Cap. XI, versículos 13 al 21. En todos estos versículos de la Toráh se nos recuerdan los preceptos bíblicos que deben ponerse "como señal entre los ojos y atarse como señal sobre el brazo para recordar el reino del D'os único" en el cual los judíos creemos; que rige los destinos del universo y del hombre y también la liberación de Egipto por D'os y recordarnos los deberes y preceptos que debemos cumplir.
Cuando el judío se ata los tefilín al cuerpo, se puede explicar que integra diversas dimensiones al cumplimiento de estas mitzvot (preceptos):
Intelecto: pues la tefilá (oración) de la cabeza envuelve el cerebro
Percepción: pues la tefilá de la cabeza debe estar sobre los ojos, y ambos tefilín sobre el cuerpo, sin ningún elemento extraño interfiriendo
Sentimiento: ya que el bait de la tefilá de la mano se coloca a la altura del corazón
Acción: pues mano y brazo son fuertemente adheridos a la tefilá de la mano
Alma: pues la intención del cumplimiento eleva el burdo cuero de un animal sacrificado a la condición de objeto simbólico imbuido de santidad.
Aquella persona que está en un primer día de duelo no debe colocárselos, ya que están considerados también como «peer» (adorno) y un doliente no puede adornarse.
Los tefilín se revisan cada 7 años para constatar que siguen siendo aptos y no se han estropeado o borrado las letras.